lunes, febrero 11, 2008

Las arterias submarinas de internet

Tres buques especializados en la reparación de cables submarinos y decenas de técnicos trabajan sin descanso desde el pasado martes para restaurar el tráfico de datos en los tres «super cables» cortados, por causas aún desconocidas, en un intervalo de apenas tres días. El 70 por ciento de los internautas de la India y Egipto, y casi la mitad de los usuarios de internet de Arabia Saudí -hasta un total de 80 millones de «cibernautas» desde el norte de África hasta el sureste asiático- confían en que, entre hoy y mañana, terminen dos semanas de atasco informático y teorías conspirativas.
El pasado 30 de enero, dos cables gigantes de fibra óptica, que aseguran entre ambos el 75 por ciento de las conexiones entre Oriente Próximo y el sureste asiático, se rompieron en unas pocas horas, 8 kilómetros al norte del puerto de Alejandría. De inmediato, 60 millones de usuarios de la India, un país que alberga los «call center» de numerosas compañías occidentales, 12 millones de internautas paquistaníes y seis millones en Egipto vieron cómo la velocidad de la conexión se resentía, obligando a las empresas de telecomunicaciones a dirigir el tráfico por otras rutas.
Teorías de la conspiración
El 1 de febrero, un tercer cable, el «Falcon», se partió a 56 kilómetro de Dubai (frente a la costa iraní), uno de los emiratos árabes bañados por el Golfo Pérsico. Las conexiones por internet de Qatar, Kuwait, Arabia Saudí Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos se ralentizaron, al mismo tiempo que se disparaban los rumores.
El columnista «on line» del «American Chronicle», Ian Brockwell, apuntó a una escaramuza de «guerra informática» de Estados Unidos e Israel contra Irán: «Quizás esto sea el preludio de un ataque», sugería. El viernes, Stephan Beckert, analista de Telegeography, una consultora de internet, rechazaba la teoría. «Los propios militares de EE.UU. utilizan estos cables, por lo que sería un inconveniente también para ellos», explicó a la cadena CNN.
Otra hipótesis dirigía su sospecha a un atentado terrorista de Al Qaida. «A no ser que Bin Laden tenga un submarino u hombres rana extremadamente fuertes, no sé cómo podrían hacerlo», zanjó Beckert.
Conspiraciones al margen, esta inusual sucesión de cortes, que se suma a los problemas que el mal tiempo creó en varios cables del Golfo Pérsico el fin de semana pasado, ha servido de llamada de atención sobre la vulnerabilidad de la telaraña submarina de fibra óptica por la que circulan el 90 por ciento de los datos digitalizados, frente a un diez por ciento que lo hacen vía satélite. «Esto demuestra lo fácil que sería atacar estas redes vitales», declaró a un diario israelí Mustafa Alani, jefe de seguridad y terrorismo en el Gulf Research Center de Dubai.
Las principales sospechas recaen en el fenómeno de las algas errantes. Flag, la compañía británico-india que opera el cable «Falcon» afirmó el viernes que el ancla de seis toneladas de un buque abandonado era la culpable del accidente.
La misma empresa es propietaria del «Flag Europa-Asia», un conducto submarino de 28.000 kilómetros que conecta Australia y Japón con Europa vía Oriente Próximo. El «Sea-Me-We 4», controlado por un consorcio liderado por France Telecom, está enterrado en paralelo al «Flag Europa-Asia» en la misma ruta entre Palermo y Alejandría. Este cable, que recorre ininterrumpido hasta Singapur, acaba de ser abierto tras un periodo de instalación de tres años y una inversión de 670 millones de euros, según el diario británico, «The Guardian».
En el caso de estos dos cables, el Gobierno egipcio ha descartado la hipótesis inicial de un ancla como causa de este accidente también, tras comprobar que ningún buque pasaba por la zona afectada en el momento del incidente. Las sospechas del enigma siguen por tanto abiertas, a la espera de que los trabajos de reparación, en marcha desde hace ya una semana, aporten alguna información. En diciembre de 2006, un terremoto en Taiwán alteró las comunicaciones en Asia durante dos meses. La pesca es, sin embargo, la principal causa de este tipo de incidentes.
Submarinos por control remoto
Las operaciones de «rescate» de los cables las dirigen ingenieros de telecomunicaciones desde tierra, que son los encargados de averiguar la localización del corte. Una vez ubicado, se envía un buque equipado con vehículos anfibios operados por control remoto. Éstos se encargan de cortar el fragmento de cable averiado y de subirlo al buque para su revisión.
Los dos barcos que trabajan en el Mediterráneo han visto su labor dificultada por el mal tiempo, y calculan terminar mañana sus trabajos. Se espera igualmente que otro buque de la compañía Flag restablezca estos días el tráfico en el cable averiado en el Golfo Pérsico, recuperando la normalidad de la red y de sus usuarios.

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